ACUICULTURA
Aunque el bagazo desecado no es una materia prima muy usada en piensos para peces, hay algunos trabajos que demuestran que puede emplearse en acuicultura con éxito.Kaur y Saxena (2004) incluyen bagazo desecado a cuatro niveles (10, 20, 30 y 40%) en piensos para peces sustituyendo a salvado de arroz y el impacto en el crecimiento en peces de la familia de las carpas (Catla catla), Labeo rohita y Cirrhina mrigala (Carpa blanca) fue positivo. En términos de ganancia de peso se observaron mejoras entre 12 y 49g en la dieta que contenía el 30% de bagazo.Cheng y col. (2004) abordan distintos ensayos para medir la digestibilidad del bagazo desecado en la trucha concluyendo que el alto contenido en fibra del bagazo afecta al valor de digestibilidad aparente de la materia seca pero no afecta a la digestibilidad de aminoácidos o de la proteína, observando incluso mayores valores que para la levadura. La digestibilidad del fósforo fue similar a la de la levadura.Zerai y col. (2008) en un estudio en tilapia concluyen que pueden reemplazar hasta un 50% de la harina de pescado sin efectos negativos en el crecimiento o en la utilización del pienso.Muzinic y col. (2004) con langostas de agua dulce (Querax quadricarinatus) indican que el bagazo con levadura es una materia prima capaz de reemplazar parte de la harina de pescado si la dieta se equilibra adecuadamente.En general, no se usa a niveles muy altos debido a su alto contenido en fibra, recomendándose en general, no superar el 10-15%. Sin embargo su bajo contenido en almidón y azúcares lo hace interesante en casos donde es necesario limitar el contenido total de carbohidratos digestibles de la dieta. Deben emplearse en especies poco delicadas y en estados adultos (Hertrampf y col., 2000). Otro problema adicional puede estar en que es una materia prima con poca capacidad para granulación lo que puede perjudicar a la calidad del gránulo, si se desconoce este hecho (Denstadli y col., 2010; Hertrampf y col., 2000).La FAO (2009) indica que el rango de uso del bagazo desecado en peces va de 10 a 35%, con el uso más generalizado entre el 10 y el 15%. En crustáceos los rangos son de 5 a 20% y de 5 a 10% respectivamente. Pandey (2013) recomienda emplear niveles de hasta un 5%.