Vacuno de leche
Producción, recría y preparto
Posibilidades de mezclas para acompañar la ración de ordeño
Mezclas complementarias y completas.
Alimentación natural y sostenible, de buena calidad
Impacto positivo en el bienestar de los animales
Destacable bienestar en preparto: muy baja incidencia de enfermedades, terneros sanos, buen arranque de producción
Mejores condiciones ruminales y ausencia de problemas digestivos.
Buen estado corporal y notable sanidad animal
Posibilidad de mezclas a medida en función de las necesidades
Mezclas técnica y económicamente viables


Vaca nodriza
Mantenimiento, recría, preparto y producción
Mezclas complementarias y completas.
Alimentación natural y sostenible, de buena calidad
Impacto positivo en el bienestar de los animales y en su fertilidad
Mejores condiciones ruminales y ausencia de problemas digestivos.
Buen estado corporal y notable sanidad animal
Mezclas técnica y económicamente viables
Posibilidad de mezclas a medida en función de las necesidades
Engorde de terneros
Mezclas completas para terneros de engorde
Posibilidades de mezclas básicas para acompañar el pienso de engorde, en sustitución de la paja convencional
Mezclas complementarias y completas.
Alimentación natural y sostenible, de buena calidad.
Impacto positivo en el bienestar de los animales:
Mejores condiciones ruminales y ausencia de problemas digestivos.
Buen estado corporal y notable sanidad animal durante el periodo de cebo.
Impacto positivo y diferenciador en la calidad de la carne, gracias a la inclusión de los vegetales.
Mezclas técnica y económicamente viables.

VACUNO PARA PRODUCCIÓN DE LECHE
El valor de Energía Neta de lactación (ENl) oscila de 1386 a 1434 Kcal/Kg MS (MTT, 2013 y Sauvant y col., 2004) a 1530-1673 Kcal/Kg MS (Volden 2011,) y llega hasta 1888 Kcal/Kg MS (Thomas y col., 2013). Esta variabilidad se traduce en un interés económico muy distinto frente a otras materias primas, según el valor que se considere.
Normalmente se recomienda usar hasta un 20/25% en el pienso y hasta un 10/15% en el total de MS de la dieta. Sin embargo en la práctica se ha llegado hasta un 30/40% sin que la producción de leche se haya visto afectada (West y col., 1994). No se han observado respuestas diferentes al suministrar el bagazo húmedo o seco (Porter y col., 1977).
Cuando se ha comparado el uso del bagazo con la soja en ganado lechero, los resultados han sido favorables al bagazo en muchos casos (Hoffman y col., 1988). A la misma conclusión llegan Polan y col. (1985) observando mejores resultados con bagazo, al tiempo que ponen de manifiesto un aumento de ingesta, una disminución del nitrógeno amoniacal en el rumen y, aunque la digestibilidad del N del bagazo seco fue menor que la de la soja, concluyen que se usa en el metabolismo de forma más eficiente como lo demuestra la mayor producción de leche con bagazo desecado.
El bagazo además es una excelente fuente de fibra para los rumiantes y tiene un efecto muy positivo sobre el tiempo de masticación, que es mayor (56.6 min/Kg/MS) que para otras materias primas fibrosas como pulpa de remolacha (32.3 min/kg DM) (De Brabander y col., 1999). Este efecto es benéfico para reciclar las sustancias buffer en la saliva y contribuir a minimizar el riesgo de acidosis. El NRC (2000) da un valor de fibra efectiva (ENDF) del 66% del contenido en NDF.
Belibasakis y Tsirgogianni (1996) encuentran que el empleo de bagazo hasta el 45%, comparado con el silo de maíz, aumenta la producción de leche, el contenido en sólidos totales de la leche y el contenido en grasa. Señalan que la razón de esta respuesta puede ser el contenido en proteína no degradable y la composición de aminoácidos del bagazo. Dhiman y col. (2003) observan que el uso de bagazo no influye en la ingesta de MS, contenido en grasa corregida y composición de la leche. Tampoco se vieron afectados los parámetros ruminales: contenido en VFA, relación molar entre los VFA, NH3, y pH.
En definitiva el bagazo es una buena fuente de proteína alternativa a la soja para usarse en vacuno de leche.
VACUNO PARA LA PRODUCCIÓN DE CARNE
En el caso del vacuno de carne, Ewing (1997) considera aceptable su inclusión en la dieta hasta un 40%. Geron y col. (2008) en un estudio con terneros de engorde señalan que la inclusión hasta un 24% de la MS de la ración no alteró la fermentación ruminal (pH, eficiencia en la síntesis de proteína microbiana y NH3) ni la DMO. Se ha comprobado que el bagazo de cerveza es una fuente capaz de sustituir el gluten meal de maíz en raciones para terneras (López-Guisa y Satter., 1991) lo que se explicaría por la baja degradabilidad de la proteína en ambas materias primas. Preston y col. (1973) que indican que el empleo del bagazo en feedlots disminuye la incidencia de queratosis ruminal y la incidencia de abcesos hepáticos.
Es interesante señalar que según datos de la Universidad de Purdue la respuesta a la inclusión de bagazo en la dieta se mejora cuando el bagazo contiene un 5% de levadura, obteniendo un efecto muy favorable. La razón está en que se disminuye la cantidad de amoniaco ruminal un 25.9% y se disminuye el nivel plasmático de urea más de un 40%.
En términos generales se recomiendan niveles de empleo de hata 20/30% del pienso.