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Caprino de leche

Producción, recría y preparto


Alimentación natural y sostenible, de buena calidad.

Bienestar en preparto: muy baja incidencia de enfermedades, cabritos sanos, buen arranque de producción.

Bienestar en ordeño; impacto positivo en la producción y en la calidad.

Buen estado corporal y notable sanidad animal.

Mezclas técnica y económicamente viables.

Posibilidad de mezclas a medida en función de las necesidades.

Hay pocas referencias sobre el uso de bagazo de cerveza en cabras. Silva y col.(2010) recomiendan no sobrepasar un 25% de inclusión para no perjudicar a la digestibilidad. Algunos estudios muestran que el bagazo es una materia prima de calidad para ganado caprino (Aregheore y Ting, 2002).
PORCINO

Mientras que en vacuno en España siempre se ha empleado el bagazo húmedo, en porcino, salvo alguna excepción minoritaria, por la propia estructura industrias y sistema productivo de piensos, el bagazo sólo es posible usarlo si está desecado (Blair, 2007; Crawshaw, 2004).

El bagazo de cerveza puede ser una materia prima adecuada para su empleo en porcino, sin embargo su alto contenido en fibra y, a veces, la calidad de su proteína, deficiente en lisina, treonina y triptófano, limita su inclusión en dietas de alta densidad energética, haciéndolo más recomendable en dietas de cerdas gestantes o, en general, en las dietas de menos energía (Blair, 2007; Boessinger y col., 2005 y Holden y Zimmerman., 1991). En cerdas gestantes se pueden emplear niveles muy altos debido al bajo contenido en lisina de estos piensos. Investigadores de la Univ. De Dakota del Sur señalan que sería posible emplear hasta un 40% y otros de la Universidad de Ilinois van más lejos señalando que se podría sustituir toda la soja por bagazo. Las cerdas que consumen dietas con bagazo desecado no tienen transformaciones reproductivas distintas al resto (tamaño de camada o peso de los lechones individuales al nacimiento y destete) (Wahlstrom y Libal, 1976).

Su empleo en cerdos de engorde o en cerdas lactantes es algo más limitado (Holden y Zimmerman, 1991), si bien es una cuestión que depende del coste de la materia prima. En cerdos de engorde su inclusión a niveles de 5-10% se considera aceptable (Kornegay, 1973; Pelevina, 2007; Quéméré y col., 1983), niveles más altos pueden afectar al consumo o a las transformaciones (Young e Ingram., 1968). Algunos autores no lo consideran una materia prima aceptable para engorde (Ewing, 1997).

En países tropicales donde los recursos son menores, se pueden usar de manera más liberal en combinación con otras materias primas poco usuales en producción industrial de piensos en Europa (Amaefule y col., 2009; Fatufe y col., 2007).

Su alto contenido en fólico, biotina y colina le dan un mayor interés en cerdas.

En términos generales se recomiendan niveles máximos de 10/15% en crecimiento y engorde y de 25% en cerdas.